Por si quieres seguir leyendo/me

abril 18, 2013

Rebeca de las Heras

último brindis

abril 21, 2008

Madriz

abril 16, 2008

Uf, esta ciudad, si no llegar a ser por ella no sé qué hubiera sido de mi último año y medio de vida y gracias a ella no sé muy bien qué hecho con mi último año y medio de vida. Aquí, donde todos los madrileños (nacidos donde sea como los del Bilbao) tienen dos perros, el primero se lo compraron para no estar solos el segundo para que el perro no estuviera solo. Al final, no sé quien de ellos está acompañado.

Aquí es fácil conocer a gente, salir, reirte, hablar, uno se entretiene sentándose en la plaza de San Ildefonso viendo pasar a la gente que pasa y pasa de todo un poco. Aquí, dondo todos nos hemos enamorado o al menos desenamorado o las dos cosas a la vez. Aquí que todo es carísimo, pero este mal común en la familia es un bien común, como si el comunismo fuese una religión practicable.

Aquí donde cada uno cargamos con nuestra penitencia laboral. Donde se presupone más profesionalidad que en las provincias, pero es como el valor del soldado que cuando era scout se meaba en el saco. Y eso, y todo lo demás…

Y ahora llega abril y mayo y todos al paro pero al menos hay sol y la piel se calienta y si alguien te lame con los ojos cerrados puede soñar que estás en el mar, y la plazas se llenan de cervezas y risas. Los rayos uva se cambian por moreno de obrero o de parque.

Aquí en el stand by que sugiere la primavera de volvernos hedonistas y dejarnos de sufrimientos mi madre me recuerda que no tengo constancia ni voluntad de sacrificio, pero yo lo voy a intentar, y ¿lo demás? Bueno lo demás ya es otra historia.

p.D. Por las cartas escritas, el romántico anacronismo que fue aniquilado por los sms y los emails, pero que también tiene su peligro

soluciones provisionales

abril 7, 2008

Italia es insostenible, otro ejemplo de precariedad laboral, un espejo de feria de mi amado país. En Islandia son felices. La vecina península, que plaga los libros de historia, que guarda la cuna de las civilizaciones que fue el mundo entero, como nosotros. Es ahora un malgastado bochorno de flaquezas que exprime su último aliento. Allí como aquí hay miles de opciones, las opciones de vida del siglo XXI, disfrazadas por la instrucción católica, el qué dirán, por el estigma, por la hipocresía. Es como las elecciones en China, no hay democracia con un partido único. Aquí es lo mismo, hay tantas opciones de vida, que nos engañamos pensando que todas son posibles o incluso adecuadas. La capacidad de elección no hace feliz al hombre, lo digo yo y un psicólogo al que escuché en mis ratos muertos de la cinco de la mañana. Ya no tengo que hacer lo que se espera de mí, tal si fuera mi madre, el camino estaba marcado, una sola autovía, que en realidad sigue siendo la única que hay. Lo que pasa es que ahora te ponen un montón de carteles en los arcenes. Salidas, vías de servicio, anuncios, gasolineras, mesones, pueblos fantasma. No nos dejemos engañar. No seamos ni clínex ni putas.

Éste no es el sistema. Éste no lo es. Por mucho que sea el imperante. En Islandia son felices, a pesar de la naturaleza adversa, de los divorcios, de la desmilitarización, o quizá gracias a todo ello. Gracias a que superaron la egocéntrica adolescencia, de imitar en vez de crecer, de llorar por los rincones en plan nihilista, que el mundo se acaba mañana, pero eres tú el que se acaba el mundo sigue y se lo dejas al siguiente, como Malasaña los domingos por la mañana. Joder, qué egoísmo, y encima nos vamos escondiendo de quienes somos. De verdad, qué adolescencia. En estas preciosas penínsulas bañadas de Mediterráneo la apatía parece ser el resultado al inconformismo. Otro lo hará. Islandia, cómo no una isla, con nombre de isla, la tierra de las islas. Donde han aprendido de verdad que evolucionar, mejorar, sincerarnos, es un proyecto a largo plazo. No me cuentes milongas, remángate, ponte en serio, no te limpies los zapatos sólo por delante. Fíjate quienes fuimos, pero mucho más importante es cuidar quienes vayamos a ser.

Merodeando

abril 7, 2008

Dicen que todos los caminos conducen a Roma. Yo preferiría que me llevasen al mar. También dicen que la línea recta es el camino más corto, para llegar al mismo sitio: Cibeles, mi casa o Montparnasse. Como siempre es alguien ajeno a una misma quien nos dice cómo somos, según lo que hacemos. Lo mío es callejear y llegar al mismo sitio, pero dando vueltas. En forma de perífrasis, equívocos o atajos inventados. Parece que entonces, lo que me ocurre es que no quiero llegar, ¿por si el camino se acaba?, ¿por si el final no me gusta? Como si la vida fuese El Apartamento y llegar al destino es el The End sin beso, que abre el camino a la felicidad. Es entonces cuando la lucha empieza, la constancia, el esfuerzo, tirar la raqueta de tenis, perder a las cartas, cambiar de oficina. Es entonces, es todo lo que Billy no nos contó lo que en realidad es la vida. Doy un rodeo, merodeo por la puerta de Jack Lemmon, pero me quedo en la esquina tal si fuera Irma la Dulce. Disfruto del camino, ¿para qué negarlo? Pero no hay que esquivar el luminoso esplendor de la Gran Vía.

tiempos imperfectos

marzo 31, 2008

Odiar y amar son verbos relativos
Que se conjugan a destiempo
Odiar es rabia amor impotencia sufrimiento
Desagarro tortura constancia
Es de aquellas conjugaciones
Que sólo llegan a tener un significado completo
Cuando se narran en pretérito

Es incongruente
Un error a la semántica decir
Yo estoy odiando
O mañana odiaré a mediodía
Son un equívoco al diccionario
Un habemos me se ha roto
Una patada al género humano
Solo se puede odiar
Cuando el odio ya no existe
Cuando desde la perspectiva del sueño
Todos los matices que sentiste
Se convierten en un ser vivo con nombre
Como a Velázquez el odiar hay que mirarlo de lejos
Para poder verlo

El amar a su vez
Es siempre temeroso
A las formas compuestas
Que le convierten en un ser que no es él
Le desgarran le deprecian
Perdido como una patata en el nikkei
El amor es un tiempo de futuro en su estado más puro
Será siempre más certero más sensato más cabal
Conjugarlo en futuro pues el amor
Es de esa extraña cuarta conjugación
Que tanto en pasado o presente siempre se marchita
Se queda sin la declinación a la utopía
Sin la desinencia a la pasión
La reverencia al deseo
El complemento directo a la infancia
La felicidad
O la ingenuidad

Tanto amar como odiar
Son dos verbos destinados
A usarse a destiempo
Son sensibles a la vulgaridad diaria
A los solecismo vulgarismos
Laicismos seísmos y otros equívocos
Son verbos frágiles, es cierto,
Pero como cristales
Son duros acérrimos al destino de existir
Son lo más parecido a estar vivo
Pasado y futuro
/ Materia vital de la lengua

Me flipan las nubes

marzo 25, 2008

cielo.jpg

Cuando tenía ocho o nueve años mis padres y mis abuelos putativos, Mari y Enrique, nos llevaron a Raquel y a mí a la montaña. Nos disfrazaron con ropa de abrigo, nos metieron en el coche que subió por curvas y mareos hasta la parte más alta de la montaña. Luego seguimos andando. Subimos hasta donde no se veían ni el resto de picos ni la propia cima hacia donde ascendíamos. Nos rodeaba un aire blanco que convertía el infinito en una frontera tupida de humo inodoro y traslúcido. Y nos dijeron –estáis en las nubes-. Allí no había alrededor ni sol, aunque sí luz. Se respiraba profundamente y el desconocimiento de aquel paisaje era, simplemente, tranquilizador.
Ahora miro al cielo que una vez yo toqué sin darme cuenta. Ese cielo que se mueve y nos hace pensar que son las casas o los árboles o los postes de la luz los que giran,
como subidos a un tiovivo, a nuestro alrededor. Esa fantasía que una vez toqué, que una vez me envolvía sigue flotando bajo el resto de mi vida, sobre mi existencia. Es el techo que me alberga, con sus innumerables estratos, con sus millones de colores encorsetados en dos categorías que resultan ínfimas, azul y blanco. Parecen desde aquí abajo que se puedan agarrar y hacer una bolita con ellas. Mientras allí arriba eran incontrolables, inagrupables, intocables, aún envolviéndote entera. Estar dentro de una nube sigue siendo incomprensible.
Ahora que estoy aquí abajo.

tercera vía ¿sin amor?

marzo 25, 2008

tren.jpgEmpecé leyendo sobre China, el país contaminado de los millones olímpicos de dólares y euros. Renunciar a ir y no ganarlo o renunciarte y engordarlos. De todas formas ¿Cuál es la tercera vía? La que se retira, Imaz, Llamazares (mejor Anguita), Labordeta. Los que dicen hasta aquí, yo hice lo que pude. Pero nadie me entendió o no me hizo caso o las dos cosas a la vez o ninguna de las dos. O viceversa.

Últimamente lo que escribo parece no tener hilo conductor. Son planetas, astros, estrellas que se mantienen unidas a través de repelerse y atraerse. Mantienen la distancia que nos mantiene a flote, esa fuerza que las conserva vivas.

Así siento yo las cosas últimamente, así las escribo en mi mente, son conexiones telepáticas más que telegráficas. Como China y el PSOE, Elvira Fernández y los centros comerciales, como mi trabajo y lo mítines, como las productividad y la incompetencia, como las borracheras y el canon, como internet  y las fronteras, como la burocracia y el IRPF,  como el te quiero y no hablo, como el alquiler y un multicines. Como el maltrato y las milviviendas.

Entonces cuál es la tercera vía de esta dicotomía de juventud y vacío, precariedad estable y revolución imposible que necesita una burguesía, ¿no nos han educado como pequeños burgueses?, es un personaje más del juego. El dinero hace dinero, la mentira hace verdad, las páginas hacen el libro y la papeleta salmón al Senado, como las páginas de economía, que nadie entiende pero son muy importantes.

Fuerzas centrífugas de expansión concentrante. Suavizante de fresas, té de aloe vera, qué asco es bueno, tómate dos al acostarte, adelgaza, con mucho azúcar, sabe a mierda, y dos horas al día de spinning para olvidarme de ser puta, para sudar lágrimas que no lloro, y quemar la energía que consumo, que trago y no saboreo, como el chicle que no alimenta y mastico incansable. Lee el resto de esta entrada »

Yo soy middlesex

marzo 8, 2008

Este año como todos vuelvo a escribir sobre mí y sobre ti. Este año como todos hay concentraciones, denuncias, reivindicaciones, datos, sobre la mujer, su desigualdad, como sufre la falta de derechos y este año, este día, como el resto de días del año han recordado la violencia que sufre la mujer. Algo, comparativamente, mucho más importante que si cobramos menos o estamos supeditadas a los mediocres parámetros de la belleza, o si somos tratadas de un modo desigual en general.

Acabo de ver este video y me viene a la mente una avalancha de ideas de las que poco a poco he ido tomando conciencia. Cosas distintas, que al final acaban hablando de lo mismo, violencia doméstica, explotación sexual, ablación, derecho al aborto, no es lo mismo, pero forman parte de una estructuración social en la cual la mujer es una víctima, que no los somos, las mujeres, no somos víctimas somos protagonistas de una educación, una pirámide social, una mentalidad, bochornosa que implica esta violencia. Desde los niños con los niños y las niñas con las niñas hasta patrones de conducta asumidos sin reproches que enarbolan una tetas con cocina por encima de una personas, independientemente de mi sexo.

No sé si me explico, creo que es complicado es largo, es histórico e histriónico es reprochable, es a veces potencialmente inherente. Es una mentira repetida cien mil millones de veces. Me da igual lo que digan las camisetas o las pancartas o las papeletas de las urnas o los diarios o los programas políticos, no sí sigo hablando de lo mismo. Todo es la misma nube, la misma maldita manía de inventarnos diferencias, problemas, superficialidades que acaban matando, ¿cómo puede ser? Pues es así…

Si te quieres reír conmigo…

febrero 17, 2008
Equivocarse y corregir, como en el post que acabo de tachar. Tachaduras, borrones y falta de hortografia, los arrastro desde mis exámenes de la EGB. Al final aprobaba, por no sé que razón acabo aprobando, pasando de curso, …
Es verdad vuelvo a tropezar con las mismas piedras, gravillas de vientos frios isleños, espigones de incoherencia o lluvias de cantos inoportunos…
Fíjate tú y sigo vivita y coleando y me queda a quien contárselo, pero al final el libro de cuentas se desborda y me acabará ahogando, que no, que no, que no Maldita, la estructura que da nombre a este blog que ahora no se llama, la palabra que me bendice, me entretiene y me pervierte, me calla. La caricia que me alimenta se esconde en mis bolsillos. Y así, sigo sin publicar la reflexión sobre la manipulación que me supera o la historia sobre la tía que se fue a Francia huérfana y con la frente alta…
bueno, gano con una baza y que es reírme…

Mensaje al mundo perdido

febrero 10, 2008

encontradme

me busco

Familia

febrero 5, 2008

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«el problema es que somos unas mierdecillas y nos creemos algo», dice mi hermana Raquel – la listilla de la familia-. Esther añade «por eso me identifico con Bukowski porque soy una desgraciada de la vida y me creo alguien». Esta última frase está un poco adaptada por mí pero bueno… la conlclusión es que este diálogo absurdo se podría aliñar con la impresentabilidad de mi padre, que es ingeniero, culto, con buena planta y apellido de judío noble, así como las lidezas que suelta por su boca la mayor de las hermanas, el estilo y posición, de la artista de mi madre, y de mí no digo nada que ya nos vamos conociendo, mi egocientrismo, laconismo y desequilibrio creo que me precede.
Somos de verdad seres excepcionales que nos ha tocado vivir en esta vida cuando lo que siempre hemos querido ser es dioses, ricos, libres, independientes y lustrados. Así nos hemos educado los unos a los otros para ser dignos, para ser alguien… y al final…(me da la risa de verdad, me dan ganas de juntarnos y reírnos todos juntos, porque juntas cada historia y es para reirse) … al final somos… no…no somos mierdecillas Raquel, es que sabemos que hay más por esperar, sabemos que hay en lo más alto de cada aspecto de la vida porque lo hemos rozado con la yema de los dedos, y no se nos olvida todo lo vivido, porque hemos conocido, porque nos han abierto los ojos. Saber nos hace libres, aunque a veces también más infelices porque a la vez sabes todo lo que no sabes, todo lo que no has visto, vivido, olido, tocado, sabemos que existe. Porque partes fueron nuestras.
Que sobérbico me ha quedado por dios, apostata Esther, apostata